El frontispicio del Museo Histórico Nacional de Tirana, en la plaza Skanderberg, el centro cultural y económico de la ciudad, está dominado por un mosaico mural titulado «Shqpëria» («los albaneses»). Está entre Delacroix y Novecento, pero en balcánico. Dicen que representa «el impulso del pueblo albanés hacia su independencia e identidad», aunque a mí lo que realmente me evoca es la estética ochentera libertario-comunista que reivindicaba la iconografía del «realismo soviético» (lo que yo llamo «estética soviet») o incluso, más cercano, la cartelería y propaganda del bando republicano durante la guerra civil española.
Como era de prever, tras la caída de Enver Hoxha el mural fue retocado y «corregido» -por ser políticamente correctos, aunque debería llamarse censura- eliminando símbolos comunistas.
Esto era en Tirana, Albania, en abril de 2024.
arkimia 
