En estos tiempos difíciles que nos han tocado vivir, una pequeña dosis de autobombo en forma de decálogo virtual supongo que no nos vendrá mal. El «Decálogo de las virtudes del arquitecto» es un post colaborativo visto en los blogs de vaumm y Stepienybarno.
1. Lectores de la realidad compleja.
Capacidad de leer cada situación (sea o no puramente arquitectónica) de manera transversal y con un zoom muy amplio.
2. Excelencia.
Además de resolver los problemas que nos encontremos, tratamos de construir una realidad todavía mejor.
3. Capacidad de diagnóstico.
Los arquitectos somos capaces de describir, analizar y reflexionar sobre nuestro entorno desde una formación técnica y humanista.
4. Mediadores.
Capacidad de mediación con la sociedad pudiendo representar gráficamente las soluciones a los problemas.
5. Catalizadores de sinergias.
Enorme capacidad de provocar sinergias positivas entre multitud de agentes, con el claro objetivo del bien común.
6. Visión.
Un especial y enriquecedor modo de ver el mundo (diferente de artistas, ludópatas, sociólogos, filósofos, estenógrafos y otros no menos respetables vicios y profesiones).
7. Adaptación.
Gran capacidad de trabajo, de adaptación y de mejora. Una que no siempre se ve reflejada en las instituciones que los forman o los representan y que ojalá las invada en un futuro próximo.
8. Capacidad de resiliencia.
Lo cual nos permite salir fortalecidos de situaciones adversas ofreciendo una respuesta creativa. En el estudio nos referimos a ella como la «estrategia del armadillo».
9. Optimismo.
Un optimismo capaz de que hagamos cosas como ésta.
10. Paciencia.
Con la que esta cayendo, con lo que hay que ver escuchar y leer, ninguno ha agarrado aun una motosierra. Lo que, sin duda, es de agradecer y digno de encomio.
A este completo y verídico decálogo, yo aportaría mi propio corolario: somos hábiles componedores de puzzles sociales complejos con un excedente evidente de autoestima. La foto de las bolas de cristal de Mdina la tomé hace unos días, en Valletta, Malta, en diciembre de 2012.
Y ésto, dices, ¿virtudes comunes a todos los arquitectos?…..Felicidades!
Ojalá fueran comunes a todos los arquitectos, Octavia. Deberían serlo, si hacemos bien nuestro trabajo.