(El valle salado, Salinas de Añana, Araba, esta misma mañana de Agosto de 2009)
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Almudena en El arcángel pintado. adm en El arcángel pintado. Anderea en El arcángel pintado. Almudena en El arcángel pintado. VETTURINOS en El león y la muralla.
Me gustan estas salinas, aunque siempre me hayan parecido desoladas. Tu foto es la de un arquitecto, la de un hombre que mira la base, la construcción. Y como acostumbras, has encontrado la belleza.
Gracias otra vez por compartirla.
De ese pueblo, también me gusta el aroma a clavel que las monjas del convento daban a algunas de sus velas.
Que acabe bien el verano, Fernando.
¡qué buena pinta tiene este lugar! es la primera vez que veo unas salinas construidas, habrá que acercarse por allí.
Buena foto.
Pasé por las salinas de Añana… en enero/febrero de 2006 -hacía un recorrido por Álava-. Una preciosidad ver las salinas en escalera y madera, ya arrumbadas por el abandono. Supongo que, si ya no lo es, acabará siendo bien de interés cultural. Y, como ya antes han dicho, para mí también fueron las primeras salinas que conocí en el monte, ignorando hasta entonces su existencia de antiguo. Tras ellas he visto un par más. Besos. PAQUITA
Es un entorno mágico, construcciones casi imposibles, entramados que parecen que van a derrumbarse a nuestro paso. Merece la pena la visita, sin duda.
Si os acercáis, no dejéis de pasar por el pediluvio del final de la visita. Es la parte más sensorial y relajante de todo el recorrido, cuando se entiende de verdad la historia de la sal a través de los poros de la piel.
Efectivamente Fernando, estas eras-plataformas que constituyen las salinas de Añana, son una auténtica maravilla, aunque una gran desconocida, que fue declarada, en la década de los 90 del siglo pasado, Monumento Histórico Nacional. Y desde el año 2001 se está trabajando en un ambicioso plan con el objetivo de invertir el proceso de deterioro del valle y comenzar su recuperación integral.
Añadir como curiosidad que en los pozos donde se almacena la muera para cada unidad de producción vive un curioso crustáceo llamado Artemia, capaz de vivir en un medio tan hostil para la vida.
La guía de la visita a Añana nos contó la curiosidad de la Artemia, Andoni, e incluso nos señaló en uno de los pozos de muera, algunos ejemplares. Es curioso que haya organismos que se adapten a la vida hasta en esas condiciones tan límites de alta salinidad.