Fin de etapa.

Anteayer, jueves, 4 de junio, cesé como Director General de Visesa. Con el cambio de ciclo político cierro una etapa de algo más de seis años vinculado a las empresas públicas y semipúblicas (Visesa, Bizigune, Orubide y Alokabide) adscritas al Departamento de Vivienda del Gobierno Vasco. Desde marzo de 2003, cuando me incorporé a Orubide, hasta ahora. Seis años y pico de intenso, divertido y apasionado trabajo con un grupo de personas muy motivadas, con ilusión, iniciativa y ganas de aportar su esfuerzo a la mejora de la calidad de vida de la sociedad vasca, a la consecución efectiva del derecho a una vivienda digna asequible y de calidad en Euskadi.

Comparto sentimientos contradictorios. Por un lado, una profunda pena por abandonar un equipo increíblemente cohesionado y eficiente , un trabajo duro pero productivo y emocionante. Por otro lado he sentido alivio y tranquilidad tras el demasiado largo periodo de interinidad -han sido tres meses de «vacío de poder», indefinición e incertidumbre, desde el 1 de marzo, hasta la consecución de acuerdos para sustentar el nuevo Gobierno  Vasco y la transposición a las Sociedades Públicas de los nombramientos del nuevo equipo de políticos elegidos tras las elecciones. Y por otro lado, como ya conté por aquí en versión video-despedida, orgullo por el trabajo bien hecho. He cometido muchos errores, como todo aquél que haga algo (sólo está libre de error quien no haga nada), pero no quepa duda que los errores han sido siempre debidos a la impericia o al descuido, involuntarios errores que espero que me sepan disculpar mis clientes, compañeros, colaboradores y accionistas. Pero el balance es tan positivo, tan extraordinaria la relación entre recursos aplicados y resultados obtenidos, que no puedo más que estar muy, muy satisfecho y orgulloso de esta época de mi vida profesional y del equipo del que he formado parte. Triplicar la actividad de Visesa, abrir tres nuevas «líneas de negocio social» inexistentes hasta 2003 –gestión de suelo, gestión de alquiler social y movilización de vivienda vacía– con resultados extraordinarios en sus primeros seis años de vida, y todo con unos recursos siempre escasos, demasiado escasos. Todas las horas han sido pocas, pero todas bien empleadas, los esfuerzos eficientes y los desvelos útiles para mejorar el bienestar de la sociedad vasca, el verdadero motor que nos ha movido estos años.

Ahora, además de agradecer a tod@s mis compañeros, colaboradores, clientes y accionistas su paciencia conmigo y su dedicación extraordinaria, sólo me queda pedirles que sigan trabajando con la misma ilusión y profesionalidad con la que lo han hecho hasta ahora, porque el reto merece la pena. Se me aparece por el horizonte un verano totalmente abierto, nuevo, distinto. Es la primera vez en toda mi vida que puedo disponer de más de cuatro semanas seguidas de vacaciones, y por Vladimir Illich, os aseguro que voy a aprovechar la ocasión. Y en Septiembre ya veremos…

(En la foto, en la despedida al sector que el pasado 29 de abril ofrecimos en Gasteiz, de izquierda a derecha: Nacho Madorrán, Director de Orubide; Javier Madrazo, exConsejero de Vivienda; Pilar Matías, Responsable de Prensa, Pablo Aretxabala, exDirector de Visesa y yo mismo) 

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