He podido comprobar en mis últimas vacaciones que el parque móvil de la República de Cuba se distingue por tener un curioso catalogo estanco de tres tramos de vehículos perfectamente diferenciados tipológicamente y correspondientes con tres épocas muy distintas de la historia reciente de Cuba. Ordenados de manera inversa a su cronología:
Asian_cars: Hyundai, Toyota, KIA, vehículos de procedencia asiática (japoneses, coreanos, chinos,…) eficaces e insípidos, pero baratos y clonables y los más modernos de todo su parque móvil actual. Durante el denominado «periodo especial» (a partir de los años 90, al caer el Muro de Berlín, la Unión Soviética y el Campo Comunista -en terminología bolchevique-, la vaca dejó de dar leche) parece que únicamente estas marcas de procedencia asiática corrieron el riesgo de proveer de autos a la República de Cuba, dada su presumible insolvencia sobrevenida.
Soviet_cars: Lada, Volga, Moskovich. Austeros, duros y feos como ellos solos, procedentes de la época dorada de la sovietización cubana (entre 1.961 y 1.993). Eso sí, resistentes y capaces de durar unos cuantos decenios más, a decir de la capacidad de resistencia de los taxis oficiales que siguen circulando treinta años después.
American_cars: los vehículos que estaban en la isla antes a la revolusión (1º de enero de 1.959), todos de procedencia norteamericana, de cuando la República de Cuba no era más que el patio trasero yanqui gobernado por la mafia del juego, el alcohol, las drogas y la prostitución: Cadillac, Chevrolet, Ford, Buick, Chrysler,… espectaculares, más propios de un museo rodante o de una inmensa colección de automóviles clásicos aunque en [precario] funcionamiento, circulando por las carreteras cubanas y generando imágenes de increíble, sorprendente y bello anacronismo, abundancia de formas redondeadas, colores atrevidos, alerones exagerados y cromados pulidos.
De estos últimos anacronismos -los más interesantes de los tres tipos rodantes descritos- están las calles de Cuba llenas, y además de la foto que acompaña este texto (tomada en La Habana, junto al Museo de la Revolución, hace unos días, en Agosto de 2.008), en mi Facebook tenéis un montón más de imágenes del mismo pelo, casi siempre combinando perfectamente esas bellas máquinas con elementos de arquitectura colonial caribeña.
Ya estamos con los posts de Hoteles, etc…Ready-Made Spam …. Bueno lo cojonudo de todos estos coches es como se lo montan los cubanos para que casi 60 años después rulen más o menos bien…. Con la tecnología pasa igual, ¿seríamos capaces de montar/desmontar nosotros aficionados todo lo que hay detrás de las TICs …¿? Genio cubano!
Es cierto, Ioannes Xabier: si hay que buscar a alguien como inventor del concepto «tunning» aplicado a cualquier tecnologia, seguro que ese alguien es cuban@: la inventiva al poder.