Como todos los años, la Hyatt Foundation ha concedido el premio Pritzker de arquitectura, considerado como una especie de «Premio Nobel» de arquitectura, que en años anteriores fue otorgado a arquitect@s tan [re]conocid@s como Richard Rogers, Zaha Hadid, Norman Foster o Rem Koolhas, entre otr@s. Este año se lo han concedido al arquitecto francés Jean Nouvel.
Aquí, en arkimia, hemos hablado de Jean Nouvel últimamente al hilo de la visita que hice en diciembre de 2007 a una de sus obras más conocidas, el Instituto del Mundo Árabe de París. En ese artículo podréis encontrar un buen montón de fotos de la que a mí particularmente me parece de las mejores obras de este arquitecto francés, aunque también hablamos de sus proyectos y obras en otro artículo de arkimia que trataba sobre el concurso de Gazprom para su sede corporativa en San Petersburgo (a.k.a. Leningrado para nostálgic@s), e incluso me permití incluirlo en mi personal [y discutible] «top-ten» de la arquitectura contemporánea mundial.
Otras obras recientes, bastante conocidas y próximas geográficamente de Jean Nouvel son la Torre AgBar, en Barcelona, o la ampliación del Museo Nacional Reina Sofía en Madrid. Casualidades de la vida, precisamente anteayer estuve en ese pedazo de cafetería-platillo volante del Reina Sofía. Pero esa es otra historia (qué pintaba yo allá) que contaré en otro artículo…
arkimia 
Tuve la oportunidad de conocerle en una visita que hizo a bilbao, y la impresión fue positiva. Vitalista y con un buen equipo. Ha empezado a trabajar en un proyecto para un edificio de viviendas en lo que se conocía como la antigua gasolinera del rag, en frente de la alhóndiga. Queda mucho por concretar pero los primeros dibujos tienen muy buena pinta.
Hoy por hoy, Jean Nouvel es una apuesta bastante segura, Julia, desde mi punto de vista. Quizás no sea el más vanguardista o innovador de entre las «star system» arquitectónicas del mundo mundial, pero desde luego, sus obras tienen una calidad constante y bastante evidente. Y otra de sus virtudes, desde mi punto de vista, es que no se ciñe a un estilo repetitivo o cansino (como otros, cuyo nombre empieza por «Cala» y acaba por «trava», por ejemplo, y no miro a nadie…) sino que cada proyecto lo piensa y lo diseña como una experiencia nueva, radicalmente distinta, sin transplantar soluciones de un sitio a otro.
Lo dicho: seguramente esa buena pinta de los primeros dibujos se materializará en buenos resultados. O eso creo.
Se lo merece, es un arquitecto impresionante
Estoy de acuerdo, emule. Pero lo cierto es que hay un montón de arquitectos, muchos de ellos incluso más próximos, que también merecerían reconocimiento sin pertenecer al «estrellato» internacional, por su labor callada y profesional de calidad.