Decía Javier García-Bellido, antes de dejarnos huérfanos ideológicos, que había que discutir el ciento, no el tanto, de ese porcentaje de las plusvalías urbanísticas que revierte en la comunidad. No hemos llegado a esto todavía, como en otros lugares de Europa. Es posible que aún no sea el momento de plantear un cambio tan radical en el reparto del «pastel», reconociendo que la plusvalía es para quien la trabaja. La madurez democrática en este este Reino no parece suficiente como para enfrentarse a tan poderosos intereses, así, de frente y sin ambages. Pero sí parece que vamos a conseguir virar en cierta medida hacia lo público, hacer el urbanismo un poco más social. La modificación legislativa que vamos a introducir en la Comunidad Autónoma Vasca, mediante una ley de artículo único que pasará del 10% al 15% la participación de la comunidad en las plusvalías que genera la transformación del suelo va a dotar a los ayuntamientos de un impulso mayor para cumplir la función social del urbanismo. Gracias a esta modificación, que viene avalada por el cambio en el marco legislativo estatal reciente, los ayuntamientos podrán obtener directamente un 50% más (desde el 10 al 15%) de parcelas urbanizadas para uno de los fines prioritarios que la sociedad demanda, para solucionar uno de los problemas reconocidos como más acuciante por la mayoría de nuestra población: más suelo para vivienda protegida, sobre todo en alquiler. Leolo nos lo ha contado recientemente en un completo artículo.
En los últimos meses, y dado que mi trabajo me obliga a estar en contacto directo y continuado con much@s alcaldes/as, concejal@s y técnic@s municipales, (ya verás, acabarán llamándome «el correpueblos«…) he podido percibir un cambio en el planteamiento de muchos ayuntamientos respecto a la gestión de este activo social que se nutre de la cesión obligatoria de una parte de las plusvalías procedentes de la gestión del suelo. El paradigma de no hace tanto tiempo -«monetarizar», convertir en metálico la cesión de esas plusvalías- va derivando, afortunadamente, hacia el interés por captar las parcelas urbanizadas que corresponde atribuír a la comunidad para la construcción de vivienda protegida. Claro, que no es casualidad.
Por un lado, el cambio legislativo en nuestra Comunidad Autónoma, tras la entrada en vigor de la Ley del Suelo y el Urbanismo, hace algo más de un año. Esta ley limita la disposición arbitraria de los bienes procedentes de la reversión social de las plusvalías para otros fines no relacionados con la producción de vivienda social, restringiendo los posibles usos de los bienes captados por esta vía.
Y por otro lado, el endurecimiento -sí, como decía Murphy, cualquier situación, por muy mala que parezca a primera vista, es susceptible de ser empeorada- de las condiciones de acceso de la mayor parte de la población al mercado desregulado de vivienda, la expulsión de much@s ciudadan@s de ese mal llamado «mercado libre» (porque ese pedazo de hipotecas a 50 años traen cualquier cosa menos libertad, pienso yo), hace que much@s alcaldes/as piensen que estos recursos han de dedicarlos a su fin prioritario, la producción de alojamiento asequible, dadas las circunstancias dramáticas de acceso a la vivienda de buena parte de sus conciudadan@s.
Mientras no llegue el momento de discutir el «ciento» (las plusvalías públicas en su totalidad, como cualquier otro recurso de interés social, como ocurre en otros sitios), seguiremos reclamando más «tanto«. No sólo es coherente con un discurso de izquierda transformadora. Incluso desde otros puntos de vista, despolitizados, despojados de ideología socializante, es totalmente razonable evitar que nadie se lucre en el proceso de creación de ciudad, y que los beneficios del urbanismo sean para sus ciudadan@s, no para los terratenientes, para los señores de la tierra.
Artículos relacionados:
Javier García Bellido: arquigado, abotecto, persona.
Diez razones para alegrarte el día: la ley del suelo se aprueba hoy.
La plusvalía urbanística, para quien la trabaja.
Lurzoruaren Legea: la ley del suelo vasca.
La nueva LEY DEL SUELO VASCA se publica hoy en el BOPV.
La ley del suelo vasca. Charla en Irún.
(Las fotos las hice en Módica, al sureste de Sicilia, durante el pasado verano de 2007)
fernando, supongo que, poco a poco, iremos pasando del tanto al ciento. Ahora bien, cuando lleguemos a ese punto, otros dirán que ellos lo defendieron siempre y que nosotros no comenzamos la defensa de nada. No pasa nada si llegamos al objetivo, pero cuesta empujar solos como estamos o hemos estado hasta la fecha. ¿No?
Cierto, leolo, esta es una sensación de corredor de fondo solitario. Es de justicia reconocer que este pasito hacia el objetivo (el «ciento», no el «tanto») ha sido posible gracias a la modificación del marco legislativo estatal, responsabilidad del gobierno y el parlamento español, pero no les veo con intención de seguir dando pasos en este sentido. Al revés, creo que el concepto de publificación total de las plusvalías urbanísticas, que tanto defendió Javier García-Bellido, no está en la agenda de prioridades del gobierno Zapatero, y que nos quedaremos en este «maquillaje» de la recuperación de las plusvalías, del 10% al 15%.
De todas formas, algo es algo, y por lo menos la dirección de esta medida es la correcta para dirigirse a ese ambicioso objetivo, aunque nos quedemos muy lejos del final.