Nafarroa Gorria (II): por que ahora si y antes no.

ACTUALIZACIÓN 03.08.2007 / 00:40: El optimismo antropológico parece que me ha vuelto a jugar una mala pasada. El avance de EL PAÍS titula en portada que «El PSOE veta una coalición de socialistas navarros con NaBai«. A ver ahora qué hacen Puras y Chivite, porque, como dice el diario, la desautorización no tiene precedentes, y el horno navarro no está para bollos… Todo indica que vuelvo a perder la apuesta (que afortunadamente nadie aceptó ;-).

¿Qué es lo que ha cambiado en el panorama para que hace unos días fuese imposible alcanzar un acuerdo de progreso entre PSN, NaBai y IUN, y hoy parezca factible? Enlazando con el artículo anterior, se me ocurren seis razones:

1. Marejada interna: la fuerte contestación (petición de dimisión incluída) desde un grupo numeroso y representativo de cargos públicos y dirigentes del PSN estarían forzando a Puras y Chivite a desmarcarse de la renuncia a la que Ferraz estaba obligando, permitiendo gobernar a la derecha más recalcitrante y ultramontana de las que en las Españas han sido. Por mucho que diga la ejecutiva del PSOE, si Puras y Chivite se la tuvieran que envainar nuevamente, su dimisión creo que estaría garantizada.
2. Manos libres. No se ha producido el esperado cambio de cromos Álava-Navarra que pretendieron pactar entre Ferraz y Génova. Como ya sabemos, el PP no apoyó al PSE en las Juntas de Araba ni viceversa, sino que permitieron entre ambos el paso del PNV al palacio foral alavés, y por tanto nada se deben ahora en Nafarroa.
3. Horizonte despejado. Los resultados del barómetro del CIS de julio permiten a Pepe Blanco una holgura (3,5% de diferencia con el PP, y creciendo) que hace unas semanas no era tan evidente. Parece que los daños colaterales por los españolismos mal entendidos («Navarra no se vende«) pueden ser menos importantes ahora, incluso a ocho meses vista de las generales, con Mariano Rajoy en sus horas más bajas.

4. Miedo al vacío: Patxi Zabaleta lo decía hace unos días. La posibilidad cierta, de no conseguirse el pacto de progreso, de que UPN siga campando a sus anchas en Navarra con sus tics autoritarios y regresivos gracias a la pasividad del PSN sería el suicidio, de facto, del PSN, y esa posibilidad se ha visto más de cerca después de conocido recientemente el decálogo de los postfranquistas de UPN.
5. Muerte dulce: si no se produce el apoyo tácito a Sanz y sus secuaces, y tampoco se da el acuerdo de progreso, la alternativa cero -las elecciones anticipadas- aseguran sin duda el harakiri del PSN (el suicidio, pero esta vez, por la vía rápida, sin dolor, muerte dulce como diría el bueno de Sukunza, mi compañero de mus leizatarra).
6. Camino conocido: la trayectoria marcada por el cinturón rojo de Iruña (Barañáin, Zizur, Villava, Burlada, Ansoain, Berriozar) y otros municipios (Olite, Altsasu) donde los gobiernos municipales se han formado apoyando a la formación más votada del tripartito PSN-NaBai-IUN marcan una senda que permite ir a un gobierno tricolor sabiendo que resulta factible recorrerlo sin demasiados problemas.

Pero a pesar de todas estas razones que, desde mi humilde punto de vista de navarro consorte y ex-residente pamplonica, apoyarían el acuerdo PSN–NaBai–IUN para formar un gobierno de progreso, no las tengo todas conmigo y me queda una sombra -alargada, como la del ciprés- de duda: que en el último momento aparezca un Tamayo, o rescate alguien de la caja fuerte otros papelitos que obliguen a recular a Puras nuevamente, como a Otano. De UPN, los obispos falangistas, el Opus Dei y la más rancia derecha tradicionalista y de las JONS es de esperar cualquier maniobra, especialmente de juego sucio, con el fin de mantener su red de poder clientelista y de caracter patrimonialista sobre lo que consideran suyo por derecho propio, Nafarroa.

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