Eco-meme: tonelada y media menos de CO2.

Enkarterri GORRIA me invita a participar en un eco-meme que consiste en que…

«…cada persona invitada, contrae la obligación de aportar su propio compromiso medioambiental, extendiéndolo a sus amistades de la Blogosfera, a la vez que les solicita otro compromiso de acción.»

De entrada no soy muy amigo de participar en estos inventos piramidales, transmisiones virales o cuestaciones colectivas voluntaristas, pero en este caso me ha parecido que el reto merece la pena: planeta sólo tenemos uno. Por otro lado, y contra el criterio expuesto por mi compañero y precedente en el blogorecado, hontza, en mi humilde opinión para estas cosas que tienen más que ver con los propósitos individuales, las apuestas personales, prefiero asumir compromisos individuales antes que obligarse a compromisos de alcance colectivo, de empresa, grupo, partido o sindicato. Así que recojo la invitación, y os cuento cuál es mi compromiso personal, al que llevaba tiempo dando vueltas, haciendo números -deformación técnico-profesional que tiene uno: no soy capaz de reprimir la tentación de calcular, medir o cuantificar todo aquel fenómeno natural o artificial susceptible de ser calculado, medido, cuantificado-. Primero cuento el desarrollo numérico que me he montado en la cabeza, a partir de la preocupación que me genera la gran cantidad de desplazamientos por carretera que no tengo más remedio que realizar, sobre todo, por mi trabajo, y por tanto, la cantidad ingente de consumo de recursos naturales y emisiones contaminantes de las que soy directo responsable, y luego va mi compromiso.

Si los datos que manejo son ciertos, cada litro de gasoil no quemado deja de liberar a la atmósfera 2,7 kg de CO2 a la atmósfera. Sólo con el efecto de la reducción de velocidad media (de crucero) de un 8% (de 120 a 110 Km/h) en la parte de desplazamientos por autovía y autopista que hago casi diariamente (el 87%, según he calculado, del total de mis desplazamientos), la reducción de consumo que he comprobado en los dos vehículos que suelo utilizar (el que uso para los desplazamientos laborales, de la empresa, y el que uso para mis desplazamientos personales y familiares, prácticamente similares ambos en cuanto a consumos), es de un 18% (de una media de 6,7 litros/100 Km, a 5,6 litros/100 Km). Parece increíble, pero la reducción de sólo 10 km/h de media produce un ahorro en combustible (y, por tanto, linealmente, en emisiones) que no es lineal, sino exponencial (de casi el doble de la reducción porcentual de consumos). Y la diferencia en tiempos de recorrido es, linealmente, sólo del 8%. Es decir, en el desplazamiento que hago más frecuentemente, entre Gasteiz y Bilbao, para el que suelo emplear 45 minutos, con esta reducción de velocidad máxima y media sólo se incrementaría en… ¡¡¡3 minutos!!!. Pasar de 45 a 48 minutos en este desplazamiento me parece algo asumible y perfectamente razonable.

El efecto, suponiendo que no se redujera también (cosa que pretendo, pero no soy capaz de cuantificar) el número de kilómetros recorridos a lo largo del año (unos 50.000 km, entre desplazamientos laborales y personales), supondría una reducción de consumo de 535 litros de gasoil, y aproximadamente, dejaría de emitir a la atmósfera 1,5 tonelada de CO2.

Merece la pena, a mi juicio. Me parece un fantástico negocio medioambiental emplear 3 minutos más en cada desplazamiento a Bilbao, a cambio de consumir (y contaminar) un 18% menos. Sin contar el negocio económico, porque el ahorro en euros es también del 18%.

Así que aquí está mi compromiso, en tres lineas de actuación:

• Utilizar el vehículo motorizado sólo cuando sea imprescindibe: realizar los trayectos cortos a pie o en bici, y en transporte público colectivo, cuando sea posible.
• Cuando no sea posible, utilizar el coche de manera compartida, aprovechando para hacer comunes desplazamientos de otras personas de mi trabajo o entorno personal en el mismo vehículo.
• Y en cualquier caso, siempre que conduzca yo, reducir la velocidad de crucero en autopista de 120 a 110 km/h.

Y ahora sólo me queda, siguiendo la tradición del meme, trasladar la invitación a los siguientes cinco blogocolegas:

Picapiedra digital.

Loretxoa.

Lamalgama.

Bengoetxe.

Hitzen leizean kulunkatzen.

Y que rule. Y si no queréis, que no rule…

(Las fotos las tomé la semana pasada en el jardín junto a mi casa de Dulantzi, aprovechando las últimas tardes de Mayo, y un hueco soleado entre chubasco y chubasco)