El temporal que estamos sufriendo estos días tiene en la llanada alavesa un efecto directo y más evidente que en otras zonas de Euskalherria: a las primeras de cambio la nieve, en cantidades industriales, cubre calles, tejados, árboles, jardines y campos, y por todas partes se pueden encontrar rincones como el que os muestro, en un recodo del jardin frente a mi casa, en Alegría-Dulantzi. Este txoko, aparentemente insulso, trivial, hasta vulgar para cualquiera, bajo el árbol aterido de frío, pelado y escarchado de nieve, junto a los bancos y la papelera, tiene para mí unas evocaciones muy especiales. Desde hace algo así como año y medio (el tiempo que llevo viviendo en este pequeño pueblo) he ido viendo transcurrir, al asomarme a mi ventana, el paso de las estaciones, el fluír de los colores de la tierra, el árbol mutando con o sin hojas, con o sin hojas, con hojas de nuevo, los niños jugando o charlando sentados en los bancos en las noches de verano, siempre la papelera y los bancos como prueba irrefutable de que estamos en un escenario artificial, creado tan artificialmente que es imposible confundir esta naturaleza domesticada y plastificada con la naturaleza real, salvaje y caótica. Y con la pedazo de nevada que está cayendo hoy, el rincón bajo el árbol, entre los bancos y la papelera y bajo el árbol, es igual de sugerente, para mí, como con otras luces y otros colores de la tierra y el cielo, pero distinto a la vez. De blanco blanquísimo parece otra cosa, pero sigue siendo igual. El txoko bajo el árbol, el de los bancos, junto a la papelera, sigue ahí.
¿Algún entendido en árboles me puede decir de qué marca es éste?
ACTUALIZACIÓN 10:15 am: después de estar toda la noche y lo que llevamos de mañana nevando, los cuarenta centímetros de nieve acumulados y las dificultades en las carreteras me han obligado a dedicar el día al teletrabajo desde mi casa. Os dejo aquí una muestra de los efectos del temporal de esta mañana, el árbol vencido por el peso de la nieve.