(sin comentarios, al menos por mi parte: los vuestros son siempre bien recibidos)
(Más datos y referencias en leolo, bengoetxe y músico, poeta y loco)
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No hay una mentalidad de temporalidad en las viviendas.
No sé si es cultural o qué es.
La vivienda se considera como algo definitivo se refleja tanto a la hora de no alquilar como de no dejar alquilar (por evitar que la vivienda se deteriore,cambie).
La publicidad refuerza el valor: vida..y cambio pero costará muchos años que el valor alquiler/propiedad cambien.
La balanza se inclina hacia la propiedad.
Muy buena iniciativa. ¡Pena no tener media docena de pisos por ahí para poder alquilarlos!
Yo no creo mucho en eso de la cultura de la propiedad. Lógicamente, cuando te cuesta lo mismo una vivienda en propiedad que una en alquiler, la elección es sencilla (a pesar de los tipos de interés de las hipotecas). Pero tienen que llegar los tiempos del alquiler. Cuando pagar una renta mensual sea más barato que una cuota mensual de la hipoteca, estoy convencido de que el alquiler será una opción escogida por muchas más personas. Bizigune es una prueba de ello: con rentas de menos de 300 euros, 3000 familias han preferido el alquiler a la propiedad.
Cierto, robertoC, pero es que además, eso de la «mentalidad» de alquiler o propiedad que comentaba quecaroestátodo, además de ser coyuntural y relacionado con los precios exponenciales, los tipos de interés y plazos crecientes de las hipotecas y todas estas minucias financiero-económicas que han ocurrido en los últimos años, también es algo que cambia con el tiempo. El profesor Naredo, de la UPM, suele citar una estadística muy interesante sobre el porcentaje de viviendas en propiedad y alquiladas en el año 1950 en España. Los porcentajes eran exactamente los inversos a los actuales: casi el 85% de viviendas en alquiler y sólo el 15% en propiedad. ¿Qué pasa? ¿Que ha cambiado la «mentalidad»? ¿Que antes éramos de «cultura de alquiler» y ahora de «cultura de propiedad?
NO. Únicamente que ahora, entre las condiciones financieras, las desgravaciones fiscales y otros elementos culturales y sociales que se han ido potenciando voluntariamente desde los poderes públicos y los grandes intereses económicos («si no tienes una casa no eres nadie, chaval»; «siempre es más sumiso un trabajador hipotecado que un trabajador inquilino») han conseguido lavarnos el cerebro a tod@s (o casi tod@s) y convencernos de que siempre es mejor comprar que alquilar.
Y, efectivamente, Roberto, yo también creo que esto va a cambiar. Y en no mucho tiempor. Con los precios absolutamente desbocados, los tipos al 5% y la movilidad laboral que -aunque no nos guste- va ganando terreno, cada vez el alquiler será una opción vital (y no la última opción de los más desfavorecidos) elegida por muchas personas que prefieren emplear los 500€ mensuales de diferencia entre la compra y el alquiler en VIVIR, aunque no «posean» vivienda. Claro que esto es una previsión, una visión, una apuesta, o una intuición. Nada científico, por supuesto…
Yo sí creo en una “cultura de la propiedad”. Intentaré explicarlo.
En la actualidad y a la cabeza de la CE, en España hay un 82% de propietarios y un 12% de alquiler – y como es obvio, el incremento del precio de la vivienda beneficia a muchos, si hay muchos propietarios-. El segundo de la lista en la CE es el Reino Unido, con un 66% en propiedad. La tendencia mundial de la última década es a aumentar la propiedad, pero hasta esos niveles altísimos solo existe el caso de España.
Unas reflexiones previas: ¿somos más ricos si poseemos una vivienda en propiedad?; alguien puede alegar que si la vende, necesita comprar otra más cara…. Solo un 30% de propietarios paga créditos hipotecarios en España, el otro 70% tienen su vivienda habitual pagada. Se puede por tanto, pedir un crédito contra la vivienda pagada y comprar otra, con una capacidad de crédito excepcional. Pero, ¿es la vivienda un valor de uso o de cambio? ¿si tengo una sola para vivir, el tener acceso a un crédito es ser más rico? Es obvio que sí. Un ejemplo: una jubilada podría negociar con una entidad financiera una buena pensión con cargo a su vivienda en propiedad –sin embargo aquí eso no se da habitualmente, tenemos una cultura de “herencia”-.
¿Dónde quiero llegar? A explicaros cuál creo que es su origen:
Como dices, Fernando, y según Naredo hace 50 años en España había un 50% de propiedad y un 50% de alquiler. Pero es que en los años veinte, había un 80% de propiedad y un 20% de alquiler. La figura del “promotor inmobiliario” nace en España precisamente en los años 50, con una visión de recuperar el capital a corto plazo. Anteriormente solo había propietarios que alquilaban inmuebles, con recuperación a largo plazo –hasta que la Ley de Arrendamientos Urbanos les perjudicó-.
Pero el hecho capital que cambió todo fue LA LEY DE PROPIEDAD HORIZONTAL de los años 60, pieza clave “envidiada” por el resto del mundo: porque para que los promotores inmobiliarios pudiesen arrancar a finales de los 50, era necesario que hubiese demandantes, compradores. En otros países, como sabéis todos los vecinos son co-propietarios del total del inmueble, con derecho de uso del apartamento en el que viven –del que no son propietarios. Nuestra ley limitó la copropiedad solo a las zonas comunes, siendo cada uno propietario absoluto de su vivienda. ESTO CREÓ UNA ESTRUCTURA JURÍDICA QUE AUMENTÓ EXTRAORDINARIAMENTE LA CONFIANZA EN LA VIVIENDA. Todavía entonces las hipotecas no pasaban del 50% del valor de la vivienda, y el promotor hacía de “banco” prestando el dinero a altísimos intereses –superiores a los de las entidades financieras-, lo que se llamaba el “aplazado”.El sistema de financiación era por tanto: hipoteca-aplazado-entrada (más o menos 50%, 30% y 20%).
Luego, creo que más que los tipos de interés, ese 82% en España es clave para entender el fenómeno. Si invertimos en deuda pública, nuestro capital aumenta. Pero si invertimos en vivienda, ese capital se hincha exponencialmente, por la expectativa de futuro mantenida y confirmada durante los últimos cincuenta años, que han potenciado esa «cultura de la propiedad».
¿Cómo lo veis?
No está mal. Pero a mí también me gustaría llenar de vivienda mi vida vacía.
Estoy a favor, de q se inventen fórmulas como la de llenar viviendas vacías, para todos los q no quieren o no pueden comprar. Es decir..q cada cual elija lo q mas le conviene.
Se ve y suena estupendo «Llena de vida tu vivienda vacía» y tan poco está mal llenar de vivienda la vida vacía, como humor ¡guay!
Buen domingo , ya atardecido. PAQUITA
@Susana: en respuesta a tu comentario, certero y ajustado al tema como siempre, me remito al último post que acabo de colgar del citado Naredo: en este articulito creo que están contenidas las respuestas a varias de tus preguntas y los argumentos en contra de la -creo yo- injustificada creencia de que cuanto más cara sea la vivienda más ricos somos. Por cierto, hablando de Naredo y sus elaboradísimas y prolijas estadísticas, creo que tienes mal el dato de 1.920, y es precisamente el inverso al que presentas: 80% alquiler, 20% propiedad.
@Ricardo, como bien sabes, la campaña de Bizigune está dirigida a los propietarios de pisos para animarles a llenar de vida sus viviendas vacías. Para animar a llenar de vivienda las vidas vacías no haría falta ninguna campaña publicitaria: creo que es seguro que cualquier persona con ese «vacío vital» en ausencia de vivienda se anima sola a llenarlo. Sólo hace falta que entre todos seamos capaces de poner los recursos necesarios para llenar ese vacío. Y en ello estamos, te lo aseguro.
@Helua, PAQUITA, gracias por vuestros amables comentarios de apoyo.
Es rigorosamente cierto, Fernando!. El dato de 1.920 lo he puesto justo al revés. Lo rectifico, gracias.
Gracias también por el nuevo post de Naredo -un gran profesional-; hay alguna cosa de su artículo que no me acaba de cuadrar, pero intentaré comentarla más despacio en el mismo.
Gracias por tu comentario, Fernando. En cualquier caso, no sólo hacen falta recursos, también actitudes y aptitudes adecuadas por parte de las personas que trabajan en Etxebide. Y te aseguro, por experiencia propia, que por desgracia no todas esas personas las tienen.
Serán excepciones, sin duda, pero que han conseguido que mi «vida vacía» no se haya podido llenar de vivienda gracias a su incompetencia manifiesta.