-Buenas. Necesito seis planchas de acero cortén, de 10 milímetros de espesor, como del tamaño de una puerta (210×80 cm).
– Muy bien. ¿Se las llevamos o las recogen ustedes? Ah, el transporte corre de su cuenta. Perfecto… Por último, para fijar el precio unitario, ¿para qué va a usar este acero?
– ¿Cómo que para qué? ¿A ustedes qué más les da? El acero es igual, sea su uso el que sea, las especificaciones de la aleación, la planeidad, el tratamiento,… son idénticas, y las marca la norma DIN. ¿Para qué quiere saber el uso que les vamos a dar?
– Hombre, para qué va a ser… Para fijar el precio.
– ¿…? (el comprador pone cara de no entender nada, de sorpresa y estupefacción)
– Sí, claro, no me diga que no sabe que el precio del acero se fija en función de lo que vaya usted a fabricar con él. Nosotros calculamos su precio con estas tablas (le enseña una cartulina plastificada donde hay unas columnas de precios, en euros por kilo, según el uso final del acero). El precio no puede ser el mismo si con ese acero usted fabrica barcos, aviones, muebles o vigas para edificación industrial. Depende. Si lo que usted fabrica vale mucho, nosotros le cobramos el acero más caro. Es la ley del mercado, oferta y demanda.
– No entiendo nada. Yo es que es la primera vez que compro chapa de acero, porque soy escultor, y hasta ahora sólo había usado madera, bronce y escayola. Y de esto no tenía ni idea. Yo pensaba que el acero, como el resto de materias primas, tenía un precio único, a unos 2 euros el kilo, sea para lo que sea después…
– Mmmm… con que escultor, ¿eh?. Pues es la columna más cara de toda la tabla, creo… Sï, mire: más cara incluso que la de los chasis de los automóviles deportivos de lujo y más que los fuselajes de los jets privados. Desde que se puso de moda Chillida, Oteiza y demás «modernos», el acero para esculturas está carísimo. A 500 euros el kilo. Pero claro, es porque luego cada escultura la venden ustedes por una millonada. Que son ustedes unos especuladores del arte, los escultores… ¿o me va a decir que si puede vender una escultura por 5.000 euros, la va a vender por un precio menor porque yo le venda el acero más barato?
– No sé a qué precio venderé la escultura, porque no sé ni si podré venderla. Pero no entiendo por qué el acero para vigas de edificios cuesta a 2 euros el kilo y a mí, el mismo acero, me lo quiere cobrar por 500 euros. El mismito. Se supone que el valor de la escultura está en lo que yo hago, la propia escultura, no en la materia prima necesaria, el acero… Y se supone que a usted el acero le costará lo mismo traerlo de la acería sea el uso que sea el que le vaya a dar el comprador… No entiendo nada.
– Pues es así, señor escultor. Es la cosa del mercado, de la oferta y la demanda. Si usted se enriquece con la escultura, es gracias a mi acero. Si quiere acero para esculturas, es a 500 euros. Y dese prisa, que últimamente hay mucho escultor moderno, y me quitan el acero de las manos.
(Cámbiese «acero» por SUELO y «escultura» por VIVIENDA. Pues eso)
(Las fotos son del museo de las ciencias de Valencia, de Santiago Calatrava, tomadas los primeros días de Enero de este año)
arkimia 
Por eso el negocio es comprar acero para vigas y hacer con él esculturas. ¿Y quién decide que lo que era para vigas se puede usar para esculturas?
Eso no se llama negocio, Jaizki: se llama precisamente de un par de maneras: estafa o corrupción urbanística, según quien lo haga sea administrado o administrador (siempre que se haga en favor de intereses particulares, y no del interés general, claro). Y el acero que «era para vigas» no debería ser nunca «para esculturas», excepto que así se decida por la comunidad y en favor del interés común.
Las fábulas, como todos los cuentos, tienen reglas simples que no han de romperse para poder entender la «moraleja». Como empecemos a buscar la casuística infractora de las normas del «juego», entonces en vez de fábula tendríamos una cosa más parecida a la realidad, más rica en matices, más real pero menos simple y con más difícil comprensión para tod@s. Imagínate que uno de los siete enanitos fuera un sindicalista «broncas» que llegara a un contubernio con la malvada Bruja: a tomar vientos Blancanieves, el Príncipe y todos sus mariachis. Así no hay quien haga pedagogía, ¿no?
Bueno, no es negocio su primera acepción: «Ocupación, quehacer o trabajo», pero sí en la quinta: «Utilidad o interés que se logra en lo que se trata, comercia o pretende.»,
Las fábulas pueden ser muy educativas, pero la simplificación puede llevar a conclusiones equivocadas. En este caso, que es el dueño del terreno el que fija el uso del mismo y, por tanto, su precio.
Creo que no me he explicado bien o que Jaizki no me está entendiendo. La «moraleja» no es que el dueño del acero/suelo pueda fijar el uso y por tanto, el precio. En absoluto. La arbitrariedad no reside en la voluntad del vendedor ni del productor posterior. La arbitrariedad reside en el absurdo sistema para fijar precios distintos para cosas iguales.
Aunque no estoy de acuerdo con que el acero, o el suelo, se cobren según el uso posterior, sí es cierto que los objetos tienen un precio según el mercado al que vayan destinados. Un mismo objeto no cuesta lo mismo aquí que en los Estados Unidos o en China. Si el mercado es rico, el producto se encarece. Es otra forma de entender el capitalismo. «Si quiere usted el acero le va a costar 2€ el kilo más una comisión del precio final del producto manufacturada». Que es lo que hacen los artistas y autores, cobrar un precio fijo más un porcentaje de los beneficios del producto final (libro, película, disco). Y ya digo que no estoy de acuerdo, sobre todo porque la vivienda es un bien de primera necesidad cuyos deben de regularse desde el Estado.
@josuered: efectivamente, yo también constato que este fenómeno se produce, tanto en el suelo como en otros ámbitos, pero a menor escala. Porque la variación en el precio del suelo va en proporción de 10 a 1 o incluso de 100 a 1 (no es una simple comisión, sino un incremento del 1.000% o del 10.000%)
Además, una cosa es, como tú bien dices, constatar que ocurre -a otra escala- en otros ámbitos, y otra cosa es juzgar ese hecho como razonable, justo, conveniente. En ese sentido va la moraleja de la fábula: creo que no es nada razonable, ni justo, ni conveniente (para los intereses de la inmensa mayoría de la ciudadanía) que el precio del suelo siga esos patrones.
Fernando, había entendido tu moraleja, pero creo que la redacción daba lugar a pensar que es el vendedor el que fija el precio.
En cualquier caso, la razón de que sea así, es que no es lo mismo un suelo que otro. Un suelo para criar ganado puede dar unos beneficios, uno para construir, otros muy distintos. Ya sabes que mi idea es que todos los suelos deberían servir para todo y, de esa forma, no habría distintos precios. Sin embargo, estoy seguro de que no vas a estar de acuerdo.
El problema real no es si dos particulares se ponen o no de acuerdo en cuanto van a realizar una transacción, que en el fondo es libre.
El problema al que hay que «meter mano» es que cuando la administracion va a realizar una expropiación para realiar cualquier servicio público se vé inmersa en esa dinámica y los precios que tienen que pagar, de acuerdo a algunas sentencias, son a veces incluso superiores a los que se pagan en transacciones comerciales normales, todo favorecido por la extrema opacidad del mercado inmobiliario.
Eso sí nos afecta porque ese dinero sale de nuestros impuestos, lo que pasa es que las leyes no van a poder incidir en ciertas trasnmisiones, que estarán siempre sometidas a la voluntad de los particulares de realizar la transacción, pero si en otras (las que se refieran a terrenos calificados para vivienda protegida). Actualmente la ley dice que hay que tener en cuenta estos estándares a los efectos de fijacìón de justiprecio, estándares que por otra parte son elevados, es una vía que veremos con el tiempo los resultados que dá.
@Jose-ab: para tu información y tranquilidad, la nueva Ley del Suelo y Valoraciones del Estado viene a corregir estas y otras anormalidades del mercado (falso mercado) del suelo, en particular la valoración de suelos destinados a infraestructuras de interés público, remitiendo a la situación física del suelo (su grado de transformación) la valoración, no influída por las expectativas inmobiliarias generadas por el planeamiento. Esto, suponiendo que finalmente, como está previsto, la ley se consiga aprobar en el Parlamento en Mayo…
Hola, La moraleja me parece excelente. A primera vista pensaria que el escultor (comprador) tiene toda la razón al no parecerle justo el incremento del precio. Pero reflexionando un poco, ¿que evitaria que la limitada produccion de acero fuera destinada a un solo propósito? Si no influenciaramos sosteniblemente el uso diversificado del acero, en el futuro la industria acerera seria dependiente de aquellos compradores que dan un unico proposito al acero. Opino que como paises subdesarrollados debemos influenciar el uso de nuestras materias primas diversificandolo y asi evitar ser dependientes de un grupo de compradores.
OJO: Influenciar sosteniblemente tiene como objetivo el beneficio de la industria acerera completa, no el beneficio de algunas cuantas personas ; )
no me gusta eso pero comento porque quiero que contesten cuando alguien les pide algo de tareas y ustedes no dicen ni madres
No entiendo tu comentario, carla yuridia. No me consta ninguna petición, de ningún tipo, y revisando el hilo no veo ningún otro comentario tuyo. Si concretas y explicas lo que te interesa, quizás alguien pueda responderte adecuadamente.
– Respecto a esto de los precios, tanto en el caso del escultor que compra acero corten, como si comparamos el precio del suelo, lastimosamente está sujeto a la ley de la oferta y la demanda; estamos en un estado metido en la UE. que es totalmente liberal, aunque nos gobierne un ejecutivo socialista. Ya lo dijo el Sr. Rato, cuando fué ministro con Aznar, refiriéndose al precio de los pisos ¿si la gente lo pagan, es porque pueden!. ¿Y un individuo con este criterio, puede ser Presidente de una entidad como Caja Madrid? -¿Ya no nos acordamos para que fueron fundadas las Cajas?.
– Ahora todo esto pasa, por que el Gobierno Socialista, no gobierna como socialistas que son. Tienen miedo de la derecha, de los ultraconservadores, de la prensa, de la iglesia, etc. Mientras no le demos un apoyo total a este gobierno socialista, esto no cambiará.A mi criterio cada vez que el gobierno ha concedido una privatización, es un gol que la derecha ha colado al pueblo, que al fin y al cabo es el que paga todo.
EL GOBIERNO TIENE QUE SER UN ORGANO REGULARIZADOR EN TODA LA INDUSTRIA Y SERVICIOS CUYO FIN ES EL BIEN COMUN DEL PUEBLO. Esto debe hacerlo sin mirar atrás, ni a los lados, o lo hace ahora o nos veremos otra vez Aznarizados con uma politica neoliberal.