Ya era hora. Gracias, presidente. Ya era hora de recobrar, al menos un poco, el orgullo gremial. De levantar la cabeza, escondida bajo la ignominia profesional de los aliados tradicionales del chanchullo, la corrupción y el «mirar para otro lado».
El presidente de los arquitectos españoles, Carlos Hernández Pezzi (Presidente del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España, CSCAE), ha hecho unas declaraciones que recoge hoy Europa Press, y extracto muy brevemente:
…el proyecto de la Ley de Suelo abre, «por fin», un debate de «incalculables proporciones», por cuanto recoge medidas para hacer efectivos los derechos contenidos en el estatuto de los ciudadanos, «que recoge sus garantías constitucionales en la materia y les da entidad jurídica real en el acceso a la vivienda»
…en un «cambio cultural» que ha de modificar las legislaciones sobre gobierno local, financiación, hacienda pública, etc. para «cortar de raíz» los delitos contra el territorio y ordenar el «urbanismo descontrolado».
Seguramente la nueva Ley del Suelo estatal no va a acabar de raíz con la corrupción, ni con la especulación, ni con el mangoneo del «ladrillo». pero me alegra ver el apoyo de nuestro presidente (espero que no sólo a título personal, sino en representación de todo el colectivo colegial) a una norma que tiene muy positivos elementos para limitar el «negocio» y mejorar el urbanismo hacia objetivos sociales, favorecedores del acceso universal a la vivienda, la protección del medio ambiente y contra la concepción del urbanismo como negociete particular.
Pues eso, que hay días y noticias que te reconcilian con la función social de tu profesión. Y para mí, hoy, al leer esta noticia, es uno de estos días. Repito las gracias al presidente de los arquitectos, por devolvernos un ratito la dignidad social-profesional. La sensación de que con este oficio no sólo se puede hacer dinero y beneficiar a cuatro especuladores, sino que nuestras «artes» pueden servir también (o, alternativamente) para cambiar el mundo, buscar otro modelo más justo, favorecer a los más necesitados.
Las fotos son del lago de Bled, un lugar paradisíaco al pie de los Alpes Julianos, en Eslovenia, al noroeste de Ljubliana, tomadas en Agosto de 2.004
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